En las mujeres privadas de libertad, la drogodependencia va relacionada, además, con una alta sintomatología depresiva, con alto riesgo de autolisis, padecimientos físicos y psiquiátricos, e irritabilidad, sintomatologías que están frecuentemente en correlación con su historial pasado de violencia familiar, y abusos sexuales (estrés postraumático). Son mujeres vulnerables con una gran necesidad de tratamiento. Son condicionantes anteriores a su entrada en prisión, y que se agravan en ella.
Por todo lo anterior proponemos un programa preventivo dirigido a un colectivo minoritario en prisión (7, 4 % del total) pero que tiene características y necesidades propias que deben ser abordadas. Las personas privadas de libertad son un colectivo considerado de riesgo con respecto al consumo de drogas, la privación de libertad y ciertas características biopsicosociales las hacen especialmente vulnerables.
Las intervenciones preventivas tienen como objetivo reducir los factores de riesgo y aumentar los factores de protección frente al consumo de drogas y otras conductas susceptibles de generar adicción. Este objetivo se consigue mediante la aplicación de diferentes estrategias, implementadas en distintos ámbitos. Es por este motivo por el que proponemos un programa preventivo.
Destinatarias: Mujeres privadas de libertad, cumpliendo segundo o tercer grado de tratamiento penitenciario en alguna prisión o CIS de Andalucía o Extremadura.