El golf como vehículo para inculcar valores

 El golf como vehículo para inculcar valores

Betania, gracias a la alianza con Almenara Golf y a LIV Golf, ha iniciado un novedoso programa que ya está en marcha para ayudar a menores procedentes de familias vulnerables. El objetivo, inculcar los que valores el golf tiene como deporte, ayudando a niños y niñas a aprender habilidades para la vida que le serán muy útiles durante el resto de su infancia, así como durante su etapa adulta.

Cada semana, un grupo de niños y niñas pertenecientes al programa ‘Tienes alas para volar’, financiado por Liv Golf, acuden a las instalaciones de Almenara Golf Club, en Sotogrande (San Roque, Cádiz) para de la mano de dos profesores, aprender todo lo necesario para practicar este deporte. Pero no es suficiente con golpear bien la bola. El aspecto mental es fundamental.

El golf no es solo cuestión de golpear la bola con precisión; su esencia radica en el equilibrio mental, la toma de decisiones y el respeto hacia las normas, los demás y el entorno. Estos niños y niñas, muchos de los cuales enfrentan dificultades en sus hogares o comunidades, encuentran en el golf un espacio seguro para aprender, desarrollarse y crecer tanto personal como emocionalmente.

Honestidad y responsabilidad

En el golf, no existen árbitros que supervisen cada movimiento; son los jugadores quienes tienen la responsabilidad de contabilizar sus golpes y seguir las reglas del juego. Esto fomenta una honestidad intrínseca y un sentido de responsabilidad que difícilmente se encuentra en otros deportes. Para estos niños, acostumbrarse a actuar de manera honesta y ética, incluso cuando nadie los observa, se convierte en un pilar fundamental para su vida futura.

Respeto y humildad

El respeto es un componente clave del golf: respeto hacia los compañeros de juego, hacia las reglas y hacia el entorno natural que rodea los campos. Aprender a actuar con humildad ante los éxitos y a aceptar los errores con dignidad es otra lección invaluable que los menores llevan consigo.

Perseverancia y paciencia

El golf enseña que el progreso no es inmediato. Los altibajos son frecuentes, pero con perseverancia, esfuerzo y práctica, se pueden superar los desafíos. Este aprendizaje es particularmente valioso para niños que enfrentan adversidades en su vida diaria, ayudándoles a construir resiliencia y fortaleza mental.

Amistad y Compañerismo

A través de las interacciones en el campo, los menores aprenden a trabajar en equipo, a apoyar a sus compañeros y a celebrar los logros de los demás. El golf se convierte así en un espacio para construir relaciones significativas basadas en la empatía y el respeto mutuo.

Un Modelo de Inclusión y Esperanza

El programa no solo busca formar mejores deportistas, sino mejores personas. Al ofrecer a niños y niñas de entornos vulnerables acceso a un deporte que tradicionalmente se percibe como exclusivo, esta iniciativa rompe barreras sociales y económicas, demostrando que el golf puede ser un motor de inclusión y equidad.

Betania, LIV Golf y Almenara Golf están sentando un precedente en cómo las alianzas entre organizaciones sociales y deportivas pueden generar un impacto significativo en comunidades vulnerables.